Pulsa y verás el Etna en erupción  

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La corteza terrestre está dividida en placas que se mueven unas con relación a otras, aproximándose o alejándose. En los bordes de esas placas, donde la corteza de la Tierra está rota, se sitúa la mayor parte de los volcanes de nuestro planeta. Son regiones volcánicas activas porque en la actualidad, o hace menos de 12.000 años, han tenido y tienen  volcanes que entran en erupción con relativa frecuencia. El Mediterráneo, las islas Canarias, Islandia, la Cordillera de Las Cascadas, América Central y el  Caribe, Los Andes, Japón y el suereste de Asia, la Antártida y las islas Hawaii, son ejemplo de regiones volcánicas donde las erupciones,  a lo largo del tiempo,  han  convivido con el hombre.

Pincha en cada volcán y verás su fotografía

Pincha en cada volcán, verás su fotografía y podrás leer parte de su historia

La actividad continuada en estas regiones ha permitido que se construyan grandes volcanes formados por acumulaciones de cenizas y piroclastos de mayor tamaño, así como por coladas de lava. Estas grandes montañas reciben el nombre de estratovolcanes. 

El Teide y el Etna son dos grandes estratovolcanes que se han construido a lo largo de cientos de miles de años en los que se han producido muchas, y en ocasiones, muy violentas erupciones, caracterizadas por grandes explosiones y por la emisión a la Atmósfera de columnas de piroclastos de miles de metros de altura

Otros grandes volcanes están constituidos, casi exclusivamente, por múltiples coladas de lava que se sitúan unas sobre otras. Estos volcanes reciben el nombre de volcanes escudos porque su forma recuerda a la de estos útiles de defensa.

El Mauna Loa y el Pitón de la Fournaise son grandes volcanes escudo  que se han edificado a lo largo de miles de años en erupciones, no demasiado violentas, en las que se han derramado sobre la superficie ingentes cantidades de lava. 

Pasa el ratón para ver una columna eruptiva vista desde el espacio

     En las erupciones volcánicas explosivas se emiten a la Atmósfera chorros de piroclastos y gases que reciben el nombre de columnas eruptivas. Estas columnas  pueden  alcanzar alturas de más de 50 kilómetros. Cuando son muy densas llegan a  impedir que, durante horas o días,  la luz del sol ilumine las regiones más próximas al volcán. También pueden contribuir a  que el clima de la Tierra se altere  de forma transitoria, haciendo que las temperaturas desciendan, durante meses o años.  

 

Las fotografías que aparecen en la Página han sido realizadas por E. González, Parque Nacional Popo-Izta, USGS, NASA, LAVE y el INGV (Catania)

Dibujos  E. González

 

 

   

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