"Los diversos materiales eruptivos que, salpicados y con mayor o menor extensión, recubren a las formaciones geológicas de la región central de la provincia de Ciudad Real, son objeto desde hace ya bastante tiempo, de una intensa explotación. Pero no solo el hombre ha buscado los materiales duros, o sea los constituidos por las coladas basálticas, sino que también ha aprovechado los materiales térreos constituidos por los antiguos mantos de cenizas y lapillis, es decir, por los pequeños materiales eruptivos de proyección" E. Hernández Pacheco. (1932) La región volcánica central de España.
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los usos
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Los productos volcánicos que aparecen en el Campo de Calatrava son clasificados por Ancochea y Aguilar (1988, 1989) en lavas, piroclastos de caída y piroclastos hidromagmáticos, especificando la siguiente composición: leucititas, melilititas olivínicas, limburgitas, nefelinitas, basaltos y basanitas. Las erupciones con componente explosivo son abundantes, tanto por la propia naturaleza del magma, como por la presencia puntual de agua meteórica interfiriendo al proceso eruptivo. Esto ha generado grandes volúmenes de material piroclástico susceptible de ser explotado por el hombre. Son por tanto los edificios estrombolianos los más afectados por los laboreos mineros ya desde tiempos muy remotos (los puentes y calzadas romanas, así como las fortificaciones y ciudades, están en su mayoría construidos con sillares y canturral de basalto). Las lavas masivas se derraman dando origen a coladas más o menos extensas y potentes. Su posterior utilización como fuente de material para construcción e infraestructuras dependerá de su composición mineralógica, de su ubicación, y por tanto de la rentabilidad de su explotación. Las grandes coladas con formaciones prismáticas fueron los lugares idóneos para la apertura de canteras de las que se extraían bloques primarios para la posterior confección de adoquines. En la actualidad el destino final del material, utilizado masivamente como zahorra, permite explotar cualquier tipo de afloramiento independientemente de la calidad del material.
La utilización de los productos volcánicos por el hombre en la comarca ha sido una práctica tradicional y habitual. Desde el punto de vista del poblamiento son los cabezos volcánicos, con preferencia a cualquier otro lugar, los espacios elegidos para el asentamiento de la población por dos razones fundamentales: a) la bondad de los suelos, b) la existencia de material de construcción fácil de extraer y de alguna manera resistente.
En su obra Estudio de la región volcánica central de España, Hernández Pacheco destaca la utilización con fines económicos de los materiales volcánicos del Campo de Calatrava. Distingue este autor entre la explotación de las llamadas en la zona "hormigoneras" y las canteras de basalto. Los hormigones, "picones" o "carbonillas" se extraían desde antiguo, a veces en explotaciones muy rudimentarias, con un carácter de abastecimiento local. El área de mayor intensidad extractiva se localizaba en torno al eje que unía las localidades de Ciudad Real-Almodóvar del Campo-Puertollano. Las canteras se situaban en las laderas de levante en el volcán de Cabeza Parda de Argamasilla de Calatrava, vertiente noroeste del Cabezo del Rey en Poblete, Cerro de Los Molinos en Almodóvar del Campo, volcán de La Balona en Puertollano, así como en el Cerro de La Cruz de Alcolea de Calatrava, Yezosa de Almagro y otros afloramientos en los alrededores de Fernancaballero, Granátula Torralba y Carrión de Calatrava. Estos materiales en función de su tamaño y calidad, se destinaban a diferentes usos. Las fracciones más finas -cenizas- para enmendar determinados tipos de suelos agrícolas en las márgenes del Guadiana. Los elementos más groseros se empleaban en la construcción de tapiales o para la pavimentación de caminos.
El basalto asociado a coladas lávicas se explotaba con mucha mayor intensidad para la construcción de viviendas de baja calidad, dado que comúnmente de él no se obtenían buenos sillares. También se usaba para la pavimentación de carreteras y calles en las ciudades. Este uso se intensifica en torno a los años treinta y sobre todo al finalizar la Guerra Civil con la apertura de nuevas canteras. La zona en la que los trabajos de cantería fueron más activos estaba en las inmediaciones del paraje de Miró, en los alrededores de Aldea del Rey, donde se manipulaba el material procedente de las coladas de los volcanes de Cerro Prieto y La Vaqueriza. Otro punto importante de extracción era la zona terminal de las coladas bajas del volcán de El Morrón, en Villamayor de Calatrava. El material se evacuaba a través de las estaciones de La Cañada, Caracuel y Argamasilla de Calatrava. También se obtenían adoquines en Almagro, Ciudad Real, Poblete, Piedrabuena y Fernancaballero.
Las grandes coladas, potentes y de largo recorrido, como las de Villar del Pozo, Cabezo Segura, Morrón o Yezosa, eran las que ofrecían los mejores materiales y por tanto las que sufrieron un deterioro más intenso. La producción anual de las canteras de basalto al comienzo de la década de los treinta, se cifraba en 2.000.000 de adoquines anuales de los que, aproximadamente la mitad, eran utilizados fuera de la provincia de Ciudad Real. Esto significaba una superficie pavimentada de alrededor de 40 km2 y un volumen medio de extracción de 20.000 toneladas de basalto anuales.
Los años sesenta son el inicio del desarrollismo en España. Se intensifica la construcción de viviendas debido a la creciente demanda y se amplía y reforma la red de carreteras. Esto eleva considerablemente el ritmo de las extracciones y por tanto el progresivo deterioro de los edificios volcánicos. Es sin embargo en la década siguiente cuando aumenta el número de concesiones de licencias de explotación coincidiendo, por otra parte, con la promulgación de leyes protectoras en la comarca volcánica de La Garrotxa. En apenas tres décadas, las obras de infraestructura derivadas del trazado y construcción del AVE Madrid-Sevilla, así como de nuevos tramos de las autovías que cruzan la provincia, junto al empleo del material volcánico para la fabricación de cemento y la construcción del aeropuerto de Ciudad Real (en la actualidad cerrado), propician un nuevo ataque al ya maltrecho paisaje volcánico del Campo de Calatrava. Entre 1987 y 1988, se abren siete nuevas canteras con volúmenes de extracción superiores en algunos casos a las 350.000 Tm. anuales.
Al inicio de 1991 había abiertas un total de 23 explotaciones, algunas de las cuales han estado ejerciendo sus actividad de forma ilegal o irregular. Los centros de extracción se agrupan en dos categorías: a) Minas de Piedra Pómez y b) Canteras de roca basáltica. La primera denominación podría considerarse como la primera irregularidad, ya que en el Campo de Calatrava la piedra pómez no existe, explotándose bajo esta denominación piroclastos de variada naturaleza. El volumen anual de extracción en esa fecha era de 1.336.000 Tm. de las que 765.000 corresponden a basaltos y el resto, 571.000 a puzolanas.
Fuerte impacto paisajístico de una cantera en Almodóvar del Campo
minas de "piedra pómez"
EXPLOTACIÓN |
MUNICIPIO |
FECHA |
Tm./AÑO |
VOLCÁN |
La Alemana | Almagro | 1983 | 250.000 | La Yezosa |
Horcisa | Ciudad Real | 1988 | 125.000 | Fuente del Arzollar |
Dolores | Ciudad Real | 1979 | 90.000 | Cabezo Segura |
Carmona | Daimiel | 1977 | 70.000 | San Marcos |
El Castillo | Almodóvar del C. | s/d |
57.000 |
Los Molinos |
Once Hermanos | Ciudad Real | 1978 | 50.000 | Cabezo Segura |
Luis Miguel | Ciudad Real | 1972 | 20.000 | El Palo |
Columba | Calzada de Cva. | 1981 | 13.000 | Cerro Columba |
San Fernando | Ballesteros Cva. | 1971 | 12.000 | La Atalaya |
Santa Rita | Almodóvar del C. | s/d | 9.000 | Los Molinos |
La Sarita | Ciudad Real | 1972 | s/d | Moro-Racioneros |
La Estrella | Ciudad Real | 1972 | s/d | Moro-Racioneros |
Siempreviva | Ballesteros Cva. | 1978 | s/d | La Atalaya |
La Puebla | Ciudad Real | 1983 | s/d | El Cerrajón |
Luis Miguel | Ciudad Real | 1984 | s/d | Cabeza Parda |
Pilar | Ciudad Real | 1987 | s/d | Zurriaga |
Negrizal | Pozuelo de Cva. | 1988 | s/d |
El Montecillo |
San Carlos | Granátula | 1988 | s/d | San Carlos |
Horcisa | Ciudad Real | 1991 | s/d | Cabeza Mesada |
Antiguas canteras de basalto en el volcán del Alhorín
canteras de basalto
EXPLOTACIÓN |
MUNICIPIO |
FECHA |
Tm./AÑO |
VOLCÁN |
Cerro Moreno | Almagro | 1978 | 250.000 | Cerro Moreno |
Cuesta Valderas | Almagro | 1980 | s/d | Yezosa |
La Herrería | Bolaños | 1987 | 325.000 | La Herrería |
Horcisa | Villamayor | 1987 | s/d | El Morrón |
Horcisa | Villamayor | 1988 | 175.000 | El Morrón |
El Morrón | Villamayor | 1988 | 125.000 | El Morrón |
Horcisa | Ciudad Real | 1988 | 125.000 | Fuente del Arzollar |
En la actualidad, en torno al 20 % de los edificios volcánicos se encuentran gravemente alterados por los procesos de explotación en minas y canteras. Su reconstrucción es inviable por la cantidad de material manipulado y por las propias características de hecho volcánico. Sería deseable que se llegara a una total paralización de las extracciones y se procediera a habilitar las canteras como laboratorios naturales, al igual que ocurre en otras regiones volcánicas de Europa. En este sentido hay que resaltar y felicitarnos por el convenio firmado entre la "Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava" y la empresa de cementos "Lafargue" en el que se contempla por parte de la cementera la cesión de terrenos en la Mina San Carlos (volcán de Cerro Gordo) y parte de la habilitación de los mismos como museo volcanológico. El asesoramiento científico de este proyecto ha sido encomendado al Grupo de Investigación "GEOVOL" de la Universidad de Castilla-La Mancha. En orden a establecer un diagnóstico sobre la situación de los volcanes del Campo de Calatrava, podrían extraerse las siguientes conclusiones:
Los edificios piroclásticos y las coladas de lava son, junto a los volcanes que presentan mayor facilidad de acceso y evacuación del recurso explotado, los conjuntos más alterados por la actividad extractiva.
Las depresiones tipo maar sufren deterioro cuando en su interior han precipitado minerales susceptibles de explotación.,
Los cráteres de explosión hidromagmática y el resto de afloramientos situados sobre las sierras cuarcíticas se conservan inalterados o bien han experimentado una alteración muy baja.
Las medidas de protección que han consistido en la declaración como Monumento Natural para algunos volcanes, no sirve a los propósitos de una protección integral para el Campo de Calatrava ya que no se ha adoptado por la Administración ninguna medida tendente a la paralización de las actividades extractivas y a la denegación de nuevos permisos de laboreo minero.
Volcanes como Yezosa, Cabezo Segura, Cerro Moreno, Las Herrerías, Fuente del Arzollar, La Atalaya de Ballesteros, y Cerro Moreno, entre otros, son irrecuperables.
Sería deseable que los dos edificios volcánicos que marcan el inicio y el final de las erupciones en el Campo de Calatrava, Morrón de Villamayor y Columba, ambos afectados por la presencia de canteras y calicatas, fueran declarados Monumento Natural, y de esta manera preservarlos de futuras agresiones.
El convenio antes mencionado debería servir de ejemplo para futuras actuaciones en canteras abandonadas o fuera de explotación.
Los esquemas muestran el porcentaje de material extraído de algunos edificios volcánicos del Campo de Calatrava y el grado de deterioro de los mismos.
Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio
Área de Geografía Física. Grupo de Investigación GEOVOL: Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas