Volcán de Cerro pelado

 

 

"... Hacía ya tiempo que debido a diversas excursiones efectuadas en compañía de mi padre y maestro, conocía en sus rasgos generales las características del territorio...me di cuenta de que la extensión del campo eruptivo es mucho mayor de lo que hasta entonces se había supuesto y también comprendí el gran interés geográfico y geológico que tenía su estudio"

Francisco Hernández Pacheco (1932)  La región volcánica central de España España

 

las erupciones

 

    

Las erupciones volcánicas del Campo de Calatrava responden a dinamismos efusivos y explosivos. Los magmas basálticos que dan origen a estas erupciones ascienden hasta la superficie  sin experimentar, prácticamente, procesos de diferenciación. Esto propicia el desarrollo de erupciones efusivas y moderadamente explosivas (estrombolianas). La presencia ocasional de agua externa al sistema volcánico, procedente de acuíferos o de concentraciones superficiales, desencadenan erupciones de explosividad alta con crisis freáticas y freatomagmáticas.

    Los edificios volcánicos son monogénicos (levantados en una única erupción) o bien han completado su estructura y fisonomía a lo largo de varias erupciones. Estas erupciones han podido estar separadas por miles o cientos de miles de años, y pueden haber respondido a idénticos o diferentes dinámicas eruptivas. 

 

 

 

Erupciones efusivas.-  Se ajustan a dinámicas eruptivas derivadas de la mayor o menor fluidez de los magmas. Esto, a su vez, dependerá de su composición mineralógica, de la cantidad de agua juvenil y de los  volátiles que contenga, de la disposición de estos en el líquido magmático, de la concurrencia de agua ajena al sistema volcánico, y a algunos débiles procesos de diferenciación y asimilación. Las erupciones efusivas dan lugar a edificios de variada morfología. Son muy comunes los volcanes cuyo perfil es el de una lente convexa o una pequeña cúpula como el volcán de La Bienvenida o Galiana. Estos volcanes no presentan cráter visible  al estar colmatado y rebasado por las lavas de los  últimos episodios eruptivos. Son edificios de pequeña altura relativa, pero ocasionalmente pueden tener una considerable extensión superficial.

  En estos eventos se emiten coladas  de gran fluidez que pueden alcanzar varios kilómetros de longitud. El volcán de Los Frailes con una colada de más de 5 Km. de largo, la mesa basáltica de La Cueva del Alguacil y los extensos y potentes derrames lávicos del centro eruptivo de Manoteras, son buenos ejemplos de ello.  En estos volcanes pueden apreciarse ocasionalmente morfologías debidas a la emisión de fuentes de lava con los depósitos de escorias y spatter característicos de esta actividad. Es común en el Campo de Calatrava que el final de las erupciones esté caracterizado por el desarrollo de estas fuentes de lava. Ocasionalmente y debido a un rápido crecimiento de los depósitos de spatter se pueden producir procesos de fluidificación de estas escorias y generarse derrames que descienden por las laderas dando origen a potentes y cortos derrames. Un magnífico ejemplo se puede observar en las laderas de Cerro Gordo.

 

Erupciones explosivas.- La explosividad en las erupciones volcánicas se produce cuando los gases magmáticos o el vapor generado en el contacto agua-magma, se separan de éste.  Esta separación no se efectúa siempre de la misma manera. Por ello  estas erupciones se clasifican en función de la forma en que los volátiles se escapen del magma. Las erupciones explosivas se caracterizan por la abundante emisión de piroclastos cuyo estudio es indispensable para conocer las características de las mismas y establecer su clasificación, una vez que se conocen los índices de dispersión y de fragmentación de los mismos. El primero dependerá de las dimensiones y altura que alcancen las columnas eruptivas, ya que estos parámetros determinarán el área ocupada por la caída de piroclastos de tamaño inferior al milímetro. El segundo estará controlado por las condiciones en las que se ha realizado la erupción. La relación entre ambos definirá la intensidad de la misma.

   Las erupciones explosivas se clasifican según si índice de explosividad -VEI- en: plinianas, subplinianas, vulcanianas y estrombolianas. Cuando se produce una interacción de agua ajena al sistema volcánico con el magma ascendente, se  originan eventos explosivos especialmente violentos. Se trataría entonces de típicas erupciones hidrovolcánicas (freatoplinianas, freatomagmáticas, freáticas, surtseyanas).  En el Campo de Calatrava son comunes las erupciones efusivas y estrombolianas, vinculadas a  magmas alcalinos,  y las relacionadas con la interacción agua-magma. Puntualmente se han observados depósitos que podrían estar asociados a erupciones de tipo vulcaniano.

 

  

Volcán de La Bienvenida

Coladas basálticas de la cuenca de Piedrabuena

Peñón de Ciruela

Volcán Cerro Gordo

Volcán de La Cornudilla

 

Erupciones estrombolianas.-  Se caracterizan por tener bajos índices de explosividad. En ellas se producen pequeñas explosiones, separadas por espacios de tiempo que pueden variar entre segundos y horas, asociadas al ascenso de grandes burbujas de gas que se rompen cuando su presión interna es superior a la existente en la boca de emisión. Entonces fragmentan el magma que las envuelve proyectándolo al exterior y generando columnas eruptivas que alcanzan potencias comprendidas entre algunos centenares de metros  y menos de 10 kilómetros de altura. En estas erupciones se emiten piroclastos que dan origen a depósitos de caída de escasa dispersión. En el Campo de Calatrava forman conos de escorias y lapilli, soldado o suelto, con diámetros de base en torno a los 1.500-2.000 m. Estos conos tienen unas dimensiones reguladas por la intensidad del chorro de piroclastos emitidos que limitará su altura, la trayectoria parabólica y en consecuencia su área de caída. Las alturas relativas de los edificios volcánicos, sólo ocasionalmente, superan los 100 m. Las alturas absolutas estarán condicionadas por el emplazamiento de los mismos. Los volcanes que se sitúan en el nivel de base de las cuencas, alcanzan elevaciones en torno a los 700-800 m. Los que se levantan sobre el nivel de cumbres de las alineaciones serranas, tienen alturas en torno a los 900-1.000 m. (Volcán de la Atalaya de Calzada, 1.118 m.)

 

Volcán de La Atalaya

Volcán La Conejera Volcán Cabezo Jimeno Volcán Cuevas Negras

Volcán Cabeza del Palo

Volcán Cerro Pelado

Volcán Cabezo del Rey Volcán Peñarroya

                   

  En las erupciones efusivas y en las estrombolianas se emiten coladas lávicas que en función de la composición de los magmas, la temperatura de emisión de las lavas, la tasa de eruptividad y otros factores de carácter local, pueden presentar diferentes morfologías y dimensiones, así como distinta estructura interna. Las lavas más fluidas dan lugar a coladas con superficies lisas o rugosas. En este último caso se genera una morfología  de lavas cordadas que tienen su origen en la ruptura puntual de la costra que por enfriamiento se desarrolla en la superficie de la colada. El agrietamiento de la costra solidificada, propicia la salida de porciones de la lava fluida que circula bajo ella y la formación del micro relieve característicos de las coladas Pahoe-hoe.  En lavas menos fluidas y en las que han experimentado procesos de brechificación por  diferencia de velocidad (enfriamiento diferencial)  las coladas ofrecen una superficie escoriácea o erizada de bloques de diferente tamaño. Reciben estas coladas la denominación de "a-a" o "malpaíses". La estructura interna de las coladas guarda una estrecha relación con la composición y temperatura de las lavas. Como consecuencia de los procesos de enfriamiento se producen en el seno de las coladas fluidas grietas de retracción que dan origen a columnas prismáticas, sillares, lajas y bolos; según el predominio de las componentes verticales, horizontales o esferoidales.

 

Almagre en las coladas del Alhorín

Coladas del Alhorín

Bolos en las coladas de Cerro Gordo

Brechificación en las coladas de Cerro Gordo

Spatter en Cerro Gordo

Columnas prismáticas en Columba

Coladas en Peñarroya

Almagre

 

Erupciones hidromagmáticas.- La actividad explosiva de carácter hidromagmático, se produce por la interacción agua-magma a lo largo del proceso eruptivo. El contacto del agua con el magma puede ser directo, aunque también, puede producirse un calentamiento del agua mediante la transmisión de calor a través de la roca de caja que confina al acuífero y conforma los conductos y reservorios magmáticos. La relación agua-magma se mide en una escala que va desde 0,001 a 1,000. Los primeros valores son propios de erupciones en las que  prácticamente hay  ausencia de agua externa, mientras que los últimos se corresponden con erupciones submarinas. Relaciones comprendidas entre 0,1 y 0,5, generan explosiones de alta energía con formación de oleadas piroclásticas  secas que se depositan con temperaturas de flujo superiores a la de la condensación del vapor. Cuando esta relación está comprendida entre 0,5 y 1  las explosiones tienen menos energía transferida y las oleadas resultantes son húmedas, depositándose con temperaturas más bajas que la de la condensación de vapor.

   En el Campo de Calatrava estas erupciones están relacionadas con la presencia de acuíferos locales de dimensiones reducidas, asociados a la intensa fracturación de las rocas del zócalo y a las características de permeabilidad de los rellenos de cuenca. También se generan por la existencia de áreas lacustres, terciarias y cuaternarias, afectadas por sistemas geotermales. La morfología resultante de este tipo de erupciones  se resume en la apertura de grandes cráteres, llamados en la región "hoyas, hoyos, navas y navazos",  de dimensiones comprendidas entre 500 y 2.500 m. de eje mayor, de forma circular o elíptica y profundidad variable que puede ir desde apenas unos metros, hasta superar el centenar.

   Desde un punto de vista geomorfológico pueden establecerse cuatro tipos de depresiones explosivas: a): Cráteres amplios y profundos, abiertos  en los materiales del zócalo, con anillo de tobas bien definido o con depósitos de oleadas piroclásticas en forma de lengua o lóbulos, correspondientes a flujos direccionales, forzados por la topografía, o por la diferencia de competencia de las rocas. b): Embudos de explosión, estrechos y profundos. c): Arcos cratéricos tallados en los afloramientos del zócalo, en los que se distinguen farallones subverticales que entran en contacto brusco con los depósitos del fondo de la depresión explosiva. d): Amplios cráteres, en general de poca profundidad, desarrollados sobre sedimentos de cobertera con anillos de tobas bien estructurados o sin ellos, afectados por importantes fenómenos de subsidencia post eruptiva .

     En condiciones pluviométricas adecuadas las depresiones explosivas son un espacio idóneo para la formación de lagunas temporales, dotadas de una marcada irregularidad que responden a años hidrológicos con precipitaciones superiores a los 500 mm/m

 

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Área de Geografía Física. Grupo de Investigación GEOVOL: Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas

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