IV Reunión Nacional de Geomorfología
O Castro, La Coruña, 1996
ERUPCIONES HIDROMAGMÁTICAS EN EL BORDE OCCIDENTAL DEL MACIZO DE CALATRAVA, CAMPO DE CALATRAVA (ESPAÑA). EL VOLCÁN DEL RINCONCILLO
E. González Cárdenas
Dpto. de Geografía y Ordenación del Territorio
UCLM
RESUMEN
El Macizo de Calatrava es un apretado conjunto de sierras ordovícicas, situado al sureste del Campo de Calatrava, intensamente fracturado y limitado por bordes de fosa tectónica. El volcanismo que en el se desarrolla se caracteriza por la presencia de dinámicas eruptivas de alta y baja explosividad, predominando las erupciones de carácter hidromagmático sobre cualquier otra. Las formas de relieve originadas en estas erupciones son las que de manera más rotunda han modificado el paisaje al abrirse amplias, profundas y numerosas depresiones explosivas, comúnmente ocupadas por láminas de agua de carácter estacional. Los depósitos pertenecientes a oleadas piroclásticas basales tienen una gran extensión superficial.
Palabras clave: Volcanismo, hidromagmático, depresiones explosivas, oleadas piroclásticas.
ABSTRACT
The Calatrava Massif is a compact ensemble of ridges of the Ordovician period located into SW in the Campo de Calatrava. This Massif, is intensely broken and limited by tectónic graben. The volcanic activity develops strombolian and phreatic eruptions with prevalence of last ones. The landformes generated by these eruptions, have modified the landscapes to open, wide deep and numerous explosives craters, commonly occupied by occasional watwe. The basal surge´s deposit occupy a wide extension.
Key.words: Volcanisme, hidromagmatic, explosions, base surge
INTRODUCCIÓN
El que denominamos Campo de Calatrava oriental, integra un territorio constituido por el sector este del anticlinal del Tirteafuera, al anticlinal de Almagro, y los sectores orientales de las cuencas de Corral-Pozuelo por el norte y Aldea-Moral, por el sur. se trata de un territorio afectado por erupciones cronológica y dinámicamente similares a las que afectaron al resto de la región volcánica, con un período de máxima actividad comprendido entre el Plioceno superior y el Pleistoceno superior y medio. La actividad volcánica se concentra masivamente en las dos grandes estructuras anticlinorias: Macizo de Calatrava y Domo de Almagro, quedando comparativamente muy reducida la que se desarrolla en el borde sur de la cuenca de Corral-Pozuelo, asociada a las fallas de Ballesteros y Fuensanta, y la vinculada por el sur al pasillo del Rinconcillo-Aldea del Rey.
El objetivo de la investigación que estamos realizando en este área, de la que esta comunicación es un primer avance, es analizar un conjunto de cráteres de explosión hidromagmáticos no reconocidos, cartografiados, ni catalogados dentro de las formaciones volcánicas del Campo de Calatrava en trabajos anteriores a este, sin que exista mención a los mismos en la bibliografía concerniente a esta región volcánica.
Características del área de trabajo.- En espacio en el que estamos desarrollando nuestra investigación queda circunscrito al cierre periclinal oriental del anticlinal del Tirteafuera que constituye un domo estructural generado en la segunda fase de la deformación hercínica, al que García Rayego denomina Macizo de Calatrava. Se trata de un apretado conjunto de sierras que constituyen los flancos de pequeños pliegues de orientación WNW-ESE, interferidos por empujes tectónicos de dirección SSE, que deforman los primitivos ejes y engendran nuevas figuras de plegamiento de dirección aproximada N-S. Las pequeñas serratas están afectadas por una densa fracturación de dirección predominante NNE-SSW, a la vez que se añaden fallas de dirección NNW-SSE, siendo cortadas a su vez, perpendicularmente, por otras de orientación NW-SE, W-E y NE-SW, organizándose una espesa red en cuyos vértices se desarrollan edificios volcánicos.
El zócalo que aflora en el macizo está integrado por materiales pertenecientes a la serie basal del Ordovícico, formada por alternancias de cuarcitas y areniscas (Tremadoc.) y por la cuarcita "armoricana" (Arenig.) que da los mayores resaltes topográficos.
El Macizo de Calatrava se encuentra limitado por fallas que originan en sus bordes, sur y este, fosas de diferente entidad. La depresión del Chorrillo, marca el borde oriental del macizo. Se trata de una fosa tectónica alargada en la dirección NNW-SSE, de apenas un kilómetro de anchura máxima y algo más de 9 Km. de longitud que conecta las dos grandes cuencas que por el norte y por el sur también limitan el macizo. CRESPO ZAMORANO (1992) establece dos secuencias estratigráficas terciarias en el relleno de la fosa que se corresponderían con sendos ciclos sedimentarios. La inferior estaría integrada por un depósito basal, marcadamente detrítico al que se superponen potentes niveles de arenas y lutitas que evolucionan a arcillas, mientras que la superior se caracteriza por la presencia de facies de abanicos aluviales en áreas de borde que pasan lateralmente y hacia el centro de la cuenca, a arcillas. Sobre estos tramos terciarios se instalan materiales cuaternarios de conos de deyección, coluviones que se generan en los abruptos bordes serranos, y las terrazas del río Jabalón. Interestratificado en todo el paquete sedimentario aparece material volcánico, tanto de proyección como coladas y piroclastos hidromagmáticos, lo que nos habla de una actividad eruptiva muy antigua, al menos en los bordes del macizo, ya que en el resto de cuencas que lo rodean, también se encuentran estos materiales volcánicos interestratificados. Las cuencas norte y sur presentan series y secuencias sedimentarias similares, entre si, y a la descrita para el Chorrillo, si bien la estrecha fosa meridional del Rinconcillo que pone en contacto la cuenca de Calzada-Aldea con la de Argamasilla de Calatrava, a través del valle alto del río Tirteafuera, distorsiona localmente, la tónica general. En ambas los materiales volcánicos se encuentran interestratificados, teniendo los más antiguos una edad prerrusciniense.
DINÁMICAS ERUPTIVAS, SECUENCIAS Y GEOMORFOLOGÍA
El volcanismo de la zona está caracterizado por la presencia de dinámicas eruptivas explosivas, tanto de baja como de alta explosividad, y efusivas, predominando las erupciones hidromagmáticas sobre las de tipo estromboliano y estas sobre los dinamismos efusivos. Por ello son los depósitos asociados a oleadas piroclásticas basales, los que ocupan la mayor extensión superficial, siendo las formas de relieve debidas a erupciones freatomagmáticas las que de manera más rotunda han modificado el paisaje preexistente al hecho volcánico. Podemos distinguir dentro del macizo los campos de volcanes de El Retamar, El Acebuche, La Encina-Carboneras, y los periféricos de Caracuel-Cañada, Ballesteros-Villafranca, y Cervera, así como un conjunto de edificios explosivos situados en su borde occidental, que son el objeto del presente trabajo.
Las formas explosivas del borde oeste del macizo se inician de norte a sur en el campo volcánico de la laguna de Caracuel. Entre las sierras de Perabad, Nogales y La Moyana, se abren tres cráteres explosivos denominados: Laguna de Caracuel, Hoya del Pozo de La Dehesa y Hoya de Vilches. Los tres se generan en grandes erupciones hidromagmáticas que tienen como resultado el desarrollo de magníficos ejemplos de maares y anillos de tobas. estas formas explosivas son mencionadas por ANCOCHEA SOTO (1983) y aparecen, en parte, cartografiadas en la hoja nº 784 del Mapa Geológico de España. Es al sureste de este grupo de maares donde se sitúan los volcanes explosivos que nos ocupan.
Se trata de ocho cráteres de diferentes dimensiones y morfología, generados en erupciones hidromagmáticas de edad pliocena y pleistocena, en los que se reconoce perfectamente la entalladura y la depresión explosiva sobre la roca, y con mayor dificultad los depósitos generados en las explosiones. se ha realizado un primer reconocimiento de la zona a partir de la fotografía aérea vertical y de la ortoimagen espacial, mediante el cual se ha podido establecer su relación con el resto de volcanes del territorio, seguido de un amplio estudio de campo que aún se continua, que nos permitirá establecer la cronología completa de las erupciones, su dinámica y las características de los depósitos emitidos.
Como hemos dicho, todas estas formas son debidas a erupciones hidromagmáticas con relaciones agua-magma comprendidas entre 0, 5 y 1, lo que implica la generación de oleadas piroclásticas basales de carácter húmedo, circunstancia común a la totalidad de las erupciones hidromagmáticas del Macizo de Calatrava, donde los análisis realizados dan como resultado depósitos tipo base surge, masivos y planares, intensamente litificados, con potencias globales superiores, en muchos casos a los 60 m afectados por alteraciones hidrotermales y encostramientos carbonatados postdeposicionales, así como por fracturas y grietas de asentamiento y enfriamiento.
DESCRIPCIÓN
El conjunto de estos afloramientos volcánicos se alinean en una fractura de carácter regional de dirección NW-SE, cortada por otras de dirección ENE-SSW, de carácter secundario que se ajustan a pautas estructurales, señaladas por ROIZ (1979) y ANTÓN PACHECO (1980) para el Macizo Ibérico
VOLCANES DEL HOYO Y LA COVEZUELA
En las laderas occidentales del pico del Aljibe, se localiza el volcán que hemos denominado El Hoyo. Se trata de un cráter abierto al SW de 2 kilómetros de diámetro en su zona de borde y 500 metros en el fondo que alcanza un desnivel máximo de 100 metros. En el fondo de esta depresión, se formó un semianillo de tobas de apenas cinco metros de altura que la cierra por el oeste y permite la presencia de un pequeño encharcamiento estacional. Dadas sus dimensiones, sus depósitos deben extenderse por una amplia zona, pero el recubrimiento de derrubios dificulta su delimitación, no disponiéndose de cortes ni de sondeos que permitan calibrar sus dimensiones reales, Al sur de este cráter y apenas a 500 m. del anterior, hemos localizado otra forma explosiva de 1.500 metros de anchura, abierta al oeste, en la que no se reconoce reborde de tobas, estando sus depósitos mezclados con los del Hoyo.
VOLCANES DEL ARROYO DEL PLATERO
Al noroeste, en el paraje del Pozo del platero, se abren dos cráteres subcirculares de tamaño y forma similar (diámetro mayor en torno a los 300 m y una profundidad que no supera los 40) que emiten pequeñas oleadas piroclásticas cuyos depósitos, escasos, han sido arrastrados por las aguas de arrollada hacia las zonas llanas de la cuenca de Argamasilla. Al oeste del Pozo del Platero, se reconocen dos arcos cratéricos: Zapateros y Solana Blanca, de dimensiones similares a los anteriormente descritos.
VOLCÁN DEL RINCONCILLO
Se abre en el extremo suroccidental del macizo, sobre la cuenca de Argamasilla, en las laderas de cuarcita del Rinconcillo, a favor de fracturas regionales de dirección NW-SE y ENE-SSW, como consecuencia de una erupción hidromagmática que genera una depresión disimétrica, circular, de 2.700 y 2.000 metros de ejes mayor y menor, respectivamente, un desnivel máximo de 150 m y un perímetro cercano a los 9 Km.. El río Tirteafuera atraviesa esta depresión dividiéndola en dos mitades, alterando su primitiva morfología, rompiendo el borde del cráter, erosionando y arrastrando los materiales de oleada piroclástica que recubrían su fondo, a la vez que los enmascara con sus acarreos. El Tirteafuera nace a muy poca distancia del Rinconcillo, apenas a 30 m más elevado del nivel del fondo de la depresión en la que desemboca cuando abandona el estrecho pasillo intramontano que le sirve de valle alto, encharcándose y dividiéndose en varios brazos, adquiriendo un marcado carácter anastomosado como consecuencia de una brusca ruptura de pendiente, reforzada por los procesos de subsidencia que siguieron a la explosión y formación de la depresión. Este trazado que desaparece cuando el río abandona el área del cráter, ha provocado que la mayor parte de los depósitos de oleada piroclástica están recubiertos de acarreos fluviales en toda la extensión que alcanzaron los desplazamientos laterales de estos brazos móviles, de tal manera que en un reconocimiento de campo, se distinguen mezclados fragmentos líticos, angulosos, de cuarcita y otras rocas del sustrato paleozoico, de costras calcáreas, caliches y lapillis acrecionales, junto a cantos rodados de igual naturaleza y fragmentos desgastados de basalto oqueroso, cuya procedencia es difícil de determinar, que podrían estar relacionados con posibles erupciones efusivas de pequeña entidad, previas a las explosiones freatomagmáticas. En la zona interna del cráter, pegado al escarpe cuarcítico, se genera un espacio ligeramente más hundido que el resto del fondo de la depresión, que no ha sido cubierto de sedimentos fluviales, en el que se observa gran cantidad de lapillis acrecionales de tamaño variable, alcanzándose en numerosos ejemplares hasta 3 cm de eje mayor, englobados en una matriz extremadamente fina, de naturaleza cuarcítica y tonalidad amarillenta, siendo estos los únicos elementos que nos han permitido reconocer la emisión de oleadas piroclásticas húmedas y cartografiar su extensión superficial. Las dimensiones de la depresión explosiva implica volúmenes de roca fragmentados por la energía de la explosión, superiores a los 100 millones de m3 que fueron transportados por los flujos piroclásticos y depositados en una amplia zona al este de Argamasilla de Calatrava. El intenso laboreo agrícola, junto a los arrastres fluviales y los aportes laterales de las sierras, hacen extremadamente difícil el reconocimiento y estudio de estos depósitos.
CONCLUSIONES
La actividad hidromagmática del Macizo de Calatrava es, sin duda, la más intensa y representativa de toda la región volcánica. La intensa fracturación y esquistosidad de las rocas del sustrato, ha facilitado el desarrollo de acuíferos locales, necesarios para que se desencadenen erupciones freatomagmáticas y freáticas. La falta de cortes impide dar un diagnóstico sobre las dinámicas eruptivas y las condiciones de humedad-sequedad de las oleadas piroclásticas. La presencia de lapillis acrecionales indicaría, en principio, la emisión de oleadas pirocásticas húmedas como etapa final de las erupciones. La depresión explosiva del Rinconcillo está muy modificada por el modelado fluvial y fluviotorrencial, estando recubiertos los piroclastos hidromagmáticos por sedimentación fluvial por material de los importantes conos de deyección que descienden desde Vallelargo, Las Mesas y Cerro Mulatón.
BIBLIOGRAFÍA
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